"Reflexiones Bíblicas del 6 de Abril: Justicia, Servicio y Milagro"

 


📖 PREÁMBULO

Hoy nos reunimos para fortalecer nuestra fe mediante la lectura de la Palabra, interceder por nuestra iglesia y sus líderes, y reflexionar sobre las enseñanzas que el Señor tiene para nosotros en este día. Que nuestro corazón esté abierto para recibir con humildad y obediencia todo lo que Dios quiere hablarnos.


🙏 ORACIÓN POR LA IGLESIA Y SUS LÍDERES

Padre amado, te damos gracias por nuestra iglesia, por cada ministerio y por cada miembro que sirve con amor y fidelidad. Hoy intercedemos por nuestros pastores, líderes y siervos. Dales sabiduría, discernimiento, y renueva sus fuerzas cada día. Protégelos del mal, rodéalos de tu favor y guíalos siempre en tu verdad. Que sus vidas reflejen tu gloria y que nunca les falte tu presencia.
En el nombre de Jesús, amén.


📘 LECTURA DEL PLAN ANUAL – 6 DE ABRIL

Antiguo Testamento: Jueces 18–19
Nuevo Testamento: Lucas 9:1–17

Puedes leer directamente desde tu Biblia o utilizar una aplicación que sigas para el plan anual de lectura.


✨ CONCLUSIÓN DE LA LECTURA Y REFLEXIÓN (3 puntos clave)

1. La confusión espiritual trae consecuencias graves (Jueces 18–19)

Vemos cómo el pueblo de Israel se alejaba del propósito de Dios, mezclando la fe con prácticas humanas. Esta desviación llevó a una gran injusticia y violencia. Reflexionemos: ¿Estamos siguiendo realmente la voluntad de Dios o estamos adaptando Su Palabra a nuestra conveniencia?

📖 Jueces 19:29 – “Y en llegando a su casa, tomó un cuchillo, y echó mano de su concubina, y la despedazó con sus huesos en doce partes, y la envió por todos los términos de Israel.”

El pecado había corrompido tanto al pueblo, que ya no distinguían entre lo bueno y lo malo. La ciudad de Gabaa se había acostumbrado al abuso, a la injusticia, al silencio cómplice. Nadie alzó la voz.
Reflexionemos: ¿Estamos callando ante el pecado? ¿Lo estamos justificando?

Este pasaje nos duele y nos confronta, porque refleja una realidad de abuso e injusticia en una cultura donde la mujer no tenía el valor que Dios le dio desde la creación. El levita actuó con cobardía al entregar a su concubina para salvarse a sí mismo.

Dios no aprueba lo que ocurrió. La Biblia no justifica esta acción, solo la relata con crudeza. Es importante entender que la Palabra de Dios también expone el pecado humano en su peor expresión, para mostrarnos cuánto necesitamos la luz de Dios. Este capítulo no representa lo que Dios desea, sino lo que sucede cuando su pueblo lo ignora y hace lo que bien le parece.

🕊️ Señor, perdónanos cuando hemos normalizado el pecado. Haznos sensibles ante la injusticia y el sufrimiento ajeno. Que tu Palabra transforme nuestro corazón, y que seas Tú quien gobierne nuestra vida, nuestra familia y nuestra nación. Despiértanos si estamos dormidos, y haznos instrumentos de tu verdad. En el nombre de Jesús, amén.


2. Jesús nos llama y equipa para servir (Lucas 9:1–6)

Jesús envía a sus discípulos con autoridad y poder, confiando en que el Padre suplirá lo necesario. No debían llevar nada consigo, solo fe. Esta es una lección para nosotros hoy: cuando Dios llama, Él también provee.
¿Estamos dispuestos a obedecer, incluso cuando no tenemos todo lo que creemos necesitar?


3. La provisión milagrosa viene con fe y acción (Lucas 9:10–17)

Jesús alimentó a una multitud con solo cinco panes y dos pescados. Lo hizo no solo por compasión, sino porque alguien estuvo dispuesto a ofrecer lo poco que tenía.
Reflexionemos: ¿Qué estamos dispuestos a entregar a Dios para que Él lo multiplique?

  • La provisión de Dios es más que suficiente.
    Lo poco que había, en manos de Jesús, se convirtió en abundancia.

    "Trae lo poco que tienes, y Jesús lo multiplicará."

  • Sobraron doce canastas.
    Esto nos enseña que Dios no solo da lo necesario, sino que lo hace en abundancia, y que hay provisión para todo su pueblo, representado por las doce tribus.


🙌 ORACIÓN FINAL

Señor, gracias por tu Palabra viva y poderosa. Ayúdanos a no ser solo oidores, sino hacedores fieles. Que podamos caminar con integridad, servir con humildad y confiar plenamente en tu provisión. Hoy te entregamos todo lo que somos y todo lo que tenemos. Úsalo, Dios mío, y multiplícalo para tu honra y tu gloria.
En el nombre de Jesús, amén.

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