La lectura del día de hoy la encontramos en el Antiguo Testamento en Génesis, capítulos 43, 44 y 45, y en el Nuevo Testamento en Mateo 12:22-50. Al leer cada día en ambos testamentos, veremos reflejadas la justicia, la ley y la soberanía de Dios en el Antiguo Testamento, mientras que en el Nuevo Testamento encontraremos Su gracia, amor y misericordia.
Para reforzar la lectura bíblica, reflexionemos respondiendo estas tres preguntas:
1. ¿Hay algo que deba creer?
Génesis 43-45:
Creer en el plan de Dios: José reconoció que todo lo que sucedió, incluso lo malo (como ser vendido por sus hermanos), formaba parte del plan de Dios para salvar a muchas personas (Génesis 45:5-8). Esto nos invita a creer que Dios tiene un propósito, incluso en las pruebas más difíciles.
Creer en la reconciliación: La historia de José muestra que el perdón y la reconciliación son posibles, aun en las situaciones más complicadas.
Mateo 12:22-50:
Creer en el poder de Jesús: Cuando Jesús sanó al hombre endemoniado, demostró Su autoridad sobre el mal y el pecado (Mateo 12:22-30).
Creer que Jesús es el Hijo de Dios: La incredulidad de los fariseos al atribuir los milagros de Jesús a Satanás es un recordatorio de la necesidad de creer en quién es Él.
Creer en la familia espiritual: Jesús enfatizó que quienes hacen la voluntad de Dios forman parte de Su familia (Mateo 12:49-50). Esto nos llama a creer en una conexión espiritual que trasciende los lazos familiares terrenales.
2. ¿Hay algo que deba sentir?
Génesis 43-45:
Compasión y empatía: Al ver el sufrimiento y arrepentimiento de sus hermanos, José sintió compasión por ellos, incluso lloró en varias ocasiones (Génesis 43:30; 45:2).
Gozo y gratitud: La reconciliación con su familia trajo alegría tanto a José como a sus hermanos, y nos invita a sentir gratitud por el poder restaurador de Dios.
Mateo 12:22-50:
Asombro y admiración: La multitud que vio a Jesús sanar al hombre endemoniado quedó maravillada (Mateo 12:23). Esto nos llama a sentir reverencia por el poder y la autoridad de Jesús.
Urgencia y seriedad: Las advertencias de Jesús sobre no estar divididos en nuestro corazón (Mateo 12:25-30) y sobre el pecado imperdonable (blasfemia contra el Espíritu Santo, Mateo 12:31-32) nos invitan a reflexionar con profundidad.
3. ¿Hay algo que deba hacer?
Génesis 43-45:
Perdonar a los demás: Como José perdonó a sus hermanos, debemos tomar la iniciativa de perdonar, incluso si hemos sido profundamente heridos.
Reconciliarnos con quienes hemos dañado: Los hermanos de José tomaron responsabilidad por su pecado al confesarlo y demostrar arrepentimiento (Génesis 44:16-34).
Confiar en Dios en las pruebas: José nos enseña a permanecer fieles y confiados en que Dios está obrando, incluso cuando no entendemos Sus planes.
Mateo 12:22-50:
Buscar hacer la voluntad de Dios: Jesús dejó claro que quienes hacen la voluntad de Su Padre son verdaderamente parte de Su familia (Mateo 12:50). Esto implica obediencia activa.
Evitar la hipocresía: Jesús advirtió contra los fariseos por sus palabras y actitudes (Mateo 12:33-37). Debemos examinar nuestras palabras y acciones para asegurarnos de que reflejen a Dios.
Compartir la verdad de Jesús: La reacción de la multitud ante el milagro nos anima a compartir con otros el poder y el mensaje de Cristo.
Resumen
Creer: Dios tiene un propósito perfecto; Jesús es el Hijo de Dios, y somos parte de Su familia al hacer Su voluntad.
Sentir: Gratitud, reverencia, compasión y una actitud de asombro hacia Dios.
Hacer: Perdonar, reconciliarse, obedecer la voluntad de Dios y reflejar Su carácter en nuestras palabras y acciones.
Oración final
Señor amado,
Gracias porque en cada momento de mi vida Tú tienes un propósito perfecto, incluso en las pruebas y dificultades. Ayúdame a creer en Tu soberanía y en Tu amor inquebrantable, confiando siempre en que estás obrando para mi bien.
Llena mi corazón de compasión y gratitud, como la que tuvo José al perdonar a sus hermanos. Enséñame a perdonar y reconciliarme con quienes me han herido, reflejando Tu amor en cada palabra y acción.
Padre, quiero ser parte de Tu familia espiritual, haciendo siempre Tu voluntad. Dame sabiduría para vivir en obediencia a Ti y valor para compartir con otros las maravillas de Tu poder y Tu verdad. Que mis palabras y pensamientos sean agradables a Ti y que mi vida refleje Tu gloria.
En el nombre de Jesús, Amén.
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