Lectura para el día 18 de enero del plan "Leer la Biblia en un año"


La lectura del día de hoy la encontramos en el Antiguo Testamento en Génesis, capítulos 43, 44 y 45, y en el Nuevo Testamento en Mateo 12:22-50. Al leer cada día en ambos testamentos, veremos reflejadas la justicia, la ley y la soberanía de Dios en el Antiguo Testamento, mientras que en el Nuevo Testamento encontraremos Su gracia, amor y misericordia.

Para reforzar la lectura bíblica, reflexionemos respondiendo estas tres preguntas:


1. ¿Hay algo que deba creer?

Génesis 43-45:

  • Creer en el plan de Dios: José reconoció que todo lo que sucedió, incluso lo malo (como ser vendido por sus hermanos), formaba parte del plan de Dios para salvar a muchas personas (Génesis 45:5-8). Esto nos invita a creer que Dios tiene un propósito, incluso en las pruebas más difíciles.

  • Creer en la reconciliación: La historia de José muestra que el perdón y la reconciliación son posibles, aun en las situaciones más complicadas.

Mateo 12:22-50:

  • Creer en el poder de Jesús: Cuando Jesús sanó al hombre endemoniado, demostró Su autoridad sobre el mal y el pecado (Mateo 12:22-30).

  • Creer que Jesús es el Hijo de Dios: La incredulidad de los fariseos al atribuir los milagros de Jesús a Satanás es un recordatorio de la necesidad de creer en quién es Él.

  • Creer en la familia espiritual: Jesús enfatizó que quienes hacen la voluntad de Dios forman parte de Su familia (Mateo 12:49-50). Esto nos llama a creer en una conexión espiritual que trasciende los lazos familiares terrenales.


2. ¿Hay algo que deba sentir?

Génesis 43-45:

  • Compasión y empatía: Al ver el sufrimiento y arrepentimiento de sus hermanos, José sintió compasión por ellos, incluso lloró en varias ocasiones (Génesis 43:30; 45:2).

  • Gozo y gratitud: La reconciliación con su familia trajo alegría tanto a José como a sus hermanos, y nos invita a sentir gratitud por el poder restaurador de Dios.

Mateo 12:22-50:

  • Asombro y admiración: La multitud que vio a Jesús sanar al hombre endemoniado quedó maravillada (Mateo 12:23). Esto nos llama a sentir reverencia por el poder y la autoridad de Jesús.

  • Urgencia y seriedad: Las advertencias de Jesús sobre no estar divididos en nuestro corazón (Mateo 12:25-30) y sobre el pecado imperdonable (blasfemia contra el Espíritu Santo, Mateo 12:31-32) nos invitan a reflexionar con profundidad.


3. ¿Hay algo que deba hacer?

Génesis 43-45:

  • Perdonar a los demás: Como José perdonó a sus hermanos, debemos tomar la iniciativa de perdonar, incluso si hemos sido profundamente heridos.

  • Reconciliarnos con quienes hemos dañado: Los hermanos de José tomaron responsabilidad por su pecado al confesarlo y demostrar arrepentimiento (Génesis 44:16-34).

  • Confiar en Dios en las pruebas: José nos enseña a permanecer fieles y confiados en que Dios está obrando, incluso cuando no entendemos Sus planes.

Mateo 12:22-50:

  • Buscar hacer la voluntad de Dios: Jesús dejó claro que quienes hacen la voluntad de Su Padre son verdaderamente parte de Su familia (Mateo 12:50). Esto implica obediencia activa.

  • Evitar la hipocresía: Jesús advirtió contra los fariseos por sus palabras y actitudes (Mateo 12:33-37). Debemos examinar nuestras palabras y acciones para asegurarnos de que reflejen a Dios.

  • Compartir la verdad de Jesús: La reacción de la multitud ante el milagro nos anima a compartir con otros el poder y el mensaje de Cristo.


Resumen

  • Creer: Dios tiene un propósito perfecto; Jesús es el Hijo de Dios, y somos parte de Su familia al hacer Su voluntad.

  • Sentir: Gratitud, reverencia, compasión y una actitud de asombro hacia Dios.

  • Hacer: Perdonar, reconciliarse, obedecer la voluntad de Dios y reflejar Su carácter en nuestras palabras y acciones.


Oración final

Señor amado,
Gracias porque en cada momento de mi vida Tú tienes un propósito perfecto, incluso en las pruebas y dificultades. Ayúdame a creer en Tu soberanía y en Tu amor inquebrantable, confiando siempre en que estás obrando para mi bien.

Llena mi corazón de compasión y gratitud, como la que tuvo José al perdonar a sus hermanos. Enséñame a perdonar y reconciliarme con quienes me han herido, reflejando Tu amor en cada palabra y acción.

Padre, quiero ser parte de Tu familia espiritual, haciendo siempre Tu voluntad. Dame sabiduría para vivir en obediencia a Ti y valor para compartir con otros las maravillas de Tu poder y Tu verdad. Que mis palabras y pensamientos sean agradables a Ti y que mi vida refleje Tu gloria.

En el nombre de Jesús, Amén.




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