¡Bienvenidos! Qué alegría que podamos compartir este momento juntos. Para comenzar, quiero invitarte a orar:
Dios Padre eterno y bendito,
Gracias por darme la oportunidad de tener este momento contigo. Te pido que me hables a través de la lectura de tu Palabra. Abre mi corazón para recibirla, mi mente para entenderla y dame la sabiduría para discernir lo que tienes para mí hoy. En el nombre de tu amado Hijo, Cristo Jesús. Amén.
Hoy meditaremos en dos porciones de la Biblia:
- Antiguo Testamento: Génesis capítulos 16 y 17.
- Nuevo Testamento: Mateo 5:27-48.
Te animo a leer estos pasajes (puedes acceder a ellos aquí) y, si lo deseas, descargar el plan de lectura anual de la Biblia aquí.
A lo largo de nuestra reflexión, responderemos juntos algunas preguntas clave que nos ayudarán a aplicar la Palabra de Dios a nuestras vidas:
¿Hay algún pecado que deba dejar?
Sí, y esta pregunta nos confronta profundamente. En Génesis 16, vemos a Agar, quien, al quedar embarazada, miró con desprecio a Sarai. Esto nos enseña que debemos evitar la soberbia y no sentirnos superiores a los demás. La humildad es esencial para caminar en rectitud delante de Dios. Así que, si hemos permitido la soberbia en nuestras vidas, hoy es el día para pedirle a Dios que nos limpie de este pecado.
¿Hay alguna promesa que deba hacer?
Dios nos llama a la paciencia y a confiar en Su tiempo perfecto. Vemos en Génesis 16 cómo Sarai, al querer apresurar los planes de Dios, pidió a Abram que tuviera un hijo con Agar. Esto nos recuerda que no debemos intentar forzar los milagros ni tomar el control de lo que solo le corresponde a Dios. Hoy, hagamos la promesa de esperar en Él y en sus tiempos perfectos, confiando en que siempre cumple sus promesas.
¿Hay algún ejemplo que deba seguir?
Abraham es un gran ejemplo. En Génesis 17, él obedeció rápidamente a Dios al realizar la señal de la alianza perpetua. Para nosotros, este acto simboliza retirar el "prepucio" de nuestros corazones: apartarnos del pecado y consagrarnos completamente a Dios. Sigamos el ejemplo de Abraham y seamos obedientes y fieles a nuestra alianza con el Señor.
¿Hay algún mandamiento que deba obedecer?
Jesús nos lo dice claramente en Mateo 5:48: "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto." Este mandamiento nos desafía a reflejar el amor y la misericordia de Dios, practicando la santidad y apartándonos del pecado. No se trata de alcanzar una perfección humana, sino de caminar en madurez espiritual, buscando cada día la comunión con Dios a través de su Palabra.
¿Hay alguna actitud que deba cambiar?
Definitivamente. En Génesis 16, el ángel de Jehová le habló a Agar, confrontándola con su actitud de soberbia. Esto nos enseña que debemos ser humildes y pacientes, confiando en que Dios cumplirá sus promesas en su momento. Al igual que Sarai, a veces intentamos ayudar a Dios, pero esto solo trae problemas. Hoy podemos decidir confiar plenamente en sus planes y dejar atrás nuestras actitudes negativas.
¿Hay algo por lo que debo estar agradecido?
¡Claro que sí! En Génesis 16, vemos cómo Dios escuchó el clamor de Agar en su angustia y le dio una respuesta. Esto nos recuerda que Dios siempre está atento a nuestras oraciones, sin importar las circunstancias. Agradezcamos porque tenemos un Dios que nos escucha, nos guía y nos cuida cada día.
Oración para después de la lectura bíblica
Señor, gracias, porque siempre estás al cuidado de mí. Perdóname por las veces en que he permitido que la soberbia y el orgullo entren en mi corazón. Límpiame de toda maldad y ayúdame a cumplir tu mandamiento de ser perfecto, reflejando tu amor y misericordia. Dame la fuerza para caminar en santidad y tener una comunión profunda contigo cada día. En el nombre de Jesús, Amén.
Como parte de nuestra alabanza a Dios, quiero invitarte a escuchar un himno inspirado en la lectura bíblica de hoy.
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