📖Preparando el corazón para encontrarnos con Dios
Cada día que abrimos la Biblia es una oportunidad divina para escuchar la voz de nuestro Padre. No se trata solo de leer un texto antiguo, sino de permitir que el Dios vivo nos hable, nos corrija, nos sane y nos transforme.
Hoy, 4 de mayo, nos acercamos a la Escritura con un corazón que anhela reconciliación y renovación. A través de los pasajes asignados —1 Reyes 6 y 7; Lucas 22:31–53— seremos guiados a reflexionar sobre la obediencia verdadera, nuestras prioridades espirituales y la fidelidad de Cristo en medio de la traición y el dolor.
Antes de comenzar, elevamos una oración por reconciliación y perdón, para que nada estorbe nuestra comunión con Dios y podamos recibir con humildad lo que Su Espíritu quiere revelarnos.
📖 Lectura bíblica del día – 4 de mayo
Pasajes: 1 Reyes 6–7 y Lucas 22:31–53
🕊️ 1 Reyes 6 – El templo y la obediencia
Este capítulo nos transporta a uno de los momentos más importantes del reinado de Salomón: la construcción del templo, casa de adoración al Dios de Israel. Más allá de los detalles arquitectónicos, la edificación representa un profundo acto de obediencia, reverencia y deseo de comunión con el Señor.
En medio de la obra, Dios le recuerda a Salomón que más importante que edificar un templo majestuoso es vivir en obediencia. El verdadero fundamento del templo no eran los cedros del Líbano ni las piedras labradas, sino un pueblo rendido a Su voluntad.
Este pasaje nos enseña que la presencia de Dios no habita en estructuras físicas, sino en corazones consagrados a Él. Somos llamados a ser templos vivos (1 Corintios 6:19), edificados sobre la roca que es Cristo y adornados con frutos de obediencia, santidad y amor.
🕊️ 1 Reyes 7 – Prioridades del corazón
En este capítulo, Salomón termina su propio palacio después de trece años y concluye los trabajos en el templo, destacando la elaboración de objetos sagrados: el mar de bronce, las columnas, y los utensilios para el culto.
Aquí se refleja excelencia y belleza en el servicio a Dios, pero también surge una advertencia silenciosa: Salomón dedicó casi el doble de tiempo a su casa que al templo del Señor. Esta diferencia nos lleva a una reflexión profunda sobre nuestras prioridades.
¿Estamos invirtiendo más en nuestros logros personales que en nuestra relación con Dios?
¿Cuidamos con la misma pasión nuestra vida espiritual como lo hacemos con nuestros planes y metas?
La verdadera gloria del templo no radicaba en el oro ni el bronce, sino en que Dios habitaba en medio de su pueblo. Así también, Dios quiere habitar en nosotros cuando lo buscamos con sinceridad.
✨ Lucas 22:31–53 – Firmeza en la prueba y rendición a la voluntad del Padre
Este conmovedor pasaje nos muestra a Jesús enfrentando las horas más oscuras antes de su crucifixión. Desde la advertencia a Pedro, la oración en Getsemaní, hasta la traición de Judas, vemos tanto la humanidad como la obediencia absoluta del Hijo de Dios.
Jesús le advierte a Pedro que será probado, pero le asegura: “yo he rogado por ti”. Esta intercesión nos recuerda que aunque somos frágiles, Jesús no nos abandona; Él intercede por nosotros aun en nuestra debilidad.
En Getsemaní, Jesús ora con tal intensidad que suda gotas de sangre. Su oración “no se haga mi voluntad, sino la tuya” marca el verdadero modelo de entrega. La victoria espiritual no está en evitar el dolor, sino en abrazar la voluntad del Padre, confiando en Su propósito.
Aun en el momento de su arresto, Jesús actúa con misericordia, sanando al siervo herido. Nos enseña que el Reino de Dios avanza no con violencia, sino con amor sacrificial.
Este pasaje confronta nuestra debilidad humana, pero también nos revela la fidelidad de un Salvador que no se aparta del propósito, aun cuando es traicionado, abandonado y entregado.
🙏 Oración final
Señor amado,
gracias por Tu Palabra que hoy ha tocado nuestro corazón con profundidad y verdad.
Nos has recordado que la verdadera grandeza no se mide por lo que edificamos externamente, sino por lo que cultivamos en lo secreto del alma.
Ayúdanos a priorizar lo eterno por encima de lo temporal.
Que nuestra relación contigo esté por encima de todo, y que nuestra vida sea un templo digno para Ti, lleno de fe, humildad y devoción.
Fortalécenos en medio de las pruebas. Y cuando nuestra fe sea zarandeada, que encontremos seguridad en Tu gracia.
Perdónanos por las veces que nuestras decisiones han herido Tu corazón. Y recuérdanos que no somos definidos por nuestras caídas, sino por Tu amor que nos restaura.
Como Jesús en Getsemaní, hoy también oramos:
“No se haga mi voluntad, sino la tuya.”
En el nombre de Tu Hijo amado, Jesucristo,
Amén.
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