Deja que Cristo te enseñe a orar
Colaboración del Hermano Héctor Medina
Los fariseos eran personas muy educadas e instruidas y les
gustaba hacer hermosas oraciones, aunque sin contenido, y los discípulos eran
personas sin letras, sin estudios y no sabían orar, y por eso le pidieron al Señor Jesús que
los enseñara a orar, no es necesario rezar veinte padres nuestros ni veinte aves marías si
nuestro deseo es tener una verdadera comunicación con Dios, podemos hacerlo atreves
de la oración, por eso Cristo nos dejó de legado, el Padre Nuestro,
donde podemos tomar los elementos importantes que deben de llevar una oración
para que esta llegue hasta el Padre.
En Primer Lugar,
debemos ser adoptados hijos en Jesucristo para poder llamarle Padre.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre, el primer elemento tiene la alabanza, santificación y adoración a Dios.
El segundo elemento es venga a nosotros tu reino, aquí le
estamos diciendo al Padre que estamos dispuestos a obedecer, a ser ciudadanos
del reino, a recibir el Señorío de Cristo en nuestras vidas, donde estamos
dispuestos hacer su voluntad, así como se hace en el cielo.
Después de esto vienen nuestras peticiones donde Cristo
interviene, todo lo que pidieres al Padre en mi nombre, yo lo are.
S. Mateo 6:9 RVR1960
Vosotros, pues, oraréis así: Padre Nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre
Solo los adoptados en Cristo tienen el derecho de llamar
padre a Dios
Efesios 1:5: en amor, habiéndonos predestinado para ser
adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su
voluntad
Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
S. Juan 14:14 RVR1960
Se complementa
En el nombre de Cristo podemos orar, siguiendo los
lineamientos del padre nuestro, santificando su nombre, y para que la oración
sea escuchada, confesando nuestros pecados, y enseguida la petición, dónde
interviene Cristo, es la diferencia entre un rezo y una oración, por eso los
discípulos, le piden al Señor Jesús: enséñanos a orar
El siguiente estudio es como ser adoptados por el Padre.
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