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Buen día, es un gusto compartir la lectura y reflexión diaria de la Palabra de Dios.
Hoy, 22 de enero, leeremos:
- En el Antiguo Testamento: Éxodo 10, 11 y 12.
- En el Nuevo Testamento: Mateo 15:21-39.
Al finalizar la lectura, reflexionaremos respondiendo estas tres preguntas:
- ¿Cómo puedo aplicarlo en mi relación con Dios?
- ¿Cómo puedo aplicarlo en mi relación con los creyentes?
- ¿Cómo puedo aplicarlo en mi relación con los no creyentes?
Antes de leer, oremos juntos:
Padre Celestial, gracias por tus infinitas misericordias, porque eres bueno y majestuoso. Te pedimos que este momento de lectura sea guiado por tu Espíritu, para entender y aplicar tus enseñanzas en nuestras vidas. En el nombre de Jesús. Amén.
Reflexión sobre Éxodo 10-12
En Éxodo, hemos explorado las plagas enviadas por Dios a Egipto como juicio sobre el faraón y su pueblo. Cada plaga demuestra el poder y soberanía de Dios, mientras expone la impotencia de los dioses egipcios:
- Agua convertida en sangre: Desafió al dios Hapi, revelando que solo Dios es la fuente de vida.
- Ranas: Desafió a Heket, mostrando que Dios tiene control absoluto sobre su creación.
- Oscuridad: Desafió al dios Ra, evidenciando que incluso la luz está bajo la autoridad de Yahvé.
Estas plagas también reflejan la paciencia de Dios al dar oportunidades para el arrepentimiento. Sin embargo, el corazón endurecido del faraón nos enseña que la soberbia y la desobediencia tienen consecuencias.
Además, este relato simboliza el poder redentor de Dios, prefigurando cómo Jesús también vencería al pecado y a las tinieblas.
Reflexión sobre Mateo 15:21-39
- La mujer cananea: Un ejemplo de fe persistente. Aunque no pertenecía al pueblo de Israel, reconoció el poder de Jesús y suplicó con humildad y perseverancia. Su fe fue recompensada, mostrando que el plan de Dios incluye a todas las naciones.
- Los panes y los peces: Jesús alimentó a una multitud de 4,000 personas con pocos recursos. Este milagro no solo evidencia su provisión divina, sino también su compasión y el alcance universal de su misión, ya que ocurrió en una región gentil.
Ambos relatos destacan que la fe en Jesús abre puertas a su misericordia y provisión, sin importar origen o condición.
Respondiendo las preguntas
1. ¿Cómo aplicarlo en mi relación con Dios?
- Reconocer que Dios es soberano y fiel a sus promesas.
- Cultivar una fe perseverante como la mujer cananea, buscando a Dios en todo momento.
- Examinar mi corazón, arrepentirme de lo que me aleja de Dios y confiar en su poder para transformar mi vida.
2. ¿Cómo aplicarlo en mi relación con los creyentes?
- Ser un canal de bendición y apoyo para otros creyentes, compartiendo tanto lo espiritual como lo material.
- Mostrar paciencia y compasión con aquellos que atraviesan pruebas, recordando que Dios restaura a sus hijos.
- Fomentar la unidad y el amor en Cristo, aceptando a todos sin distinción.
3. ¿Cómo aplicarlo en mi relación con los no creyentes?
- Mostrar generosidad y compasión, como Jesús al alimentar a la multitud.
- Compartir el Evangelio con humildad y valentía, sin prejuicios ni exclusiones.
- Ser un testimonio vivo del amor y poder de Dios, dejando que Él transforme los corazones.
Reflexión final:
La lectura de hoy nos recuerda que Dios es poderoso, misericordioso y fiel. Estas verdades deben guiar nuestras relaciones con Él, con otros creyentes y con quienes aún no le conocen. ¡Que su Palabra nos inspire a ser luces en este mundo!
Oración Final:
Señor Dios Todopoderoso, hoy vengo ante Ti reconociendo que solo Tú eres el único y verdadero Dios. Perdóname, Padre, por las veces en que he caído en la idolatría, poniendo mi confianza en el dinero, en mi soberbia o en las cosas de este mundo. Límpiame de toda arrogancia y orgullo, como el que endureció el corazón del faraón, y ayúdame a ser humilde y obediente a Tu voluntad.
Hoy traigo ante Ti mis "pecesillos", mis pocas fuerzas, mis recursos limitados y mi vida imperfecta. Te pido que los tomes en Tus manos poderosas, los bendigas y los multipliques de una manera que sobreabunde Tu gracia y provisión en mi vida. Hazme un instrumento de Tu amor y Tu verdad, para que pueda bendecir a otros con lo que Tú me das.
Con fe persistente, como la mujer cananea, vengo a Ti con confianza, sabiendo que Tú escuchas mis oraciones y me concedes mucho más de lo que merezco. Que Tu poder y Tu misericordia se manifiesten en mi vida, transformándome para reflejar Tu gloria y llevar Tu mensaje a quienes aún no te conocen.
Gracias, Señor, porque siempre respondes mis oraciones y cuidas de mí con compasión y generosidad. Te lo pido en el nombre de Tu Hijo Jesucristo, quien vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.
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