Reflexión Bíblica: Viviendo en Comunión con Dios
Hoy, 2 de febrero, tendremos la lectura correspondiente a este día del plan de lectura anual para fortalecer nuestra comunión diaria con Dios y finalizar la Biblia en un año. Leer y orar todos los días nos ayuda a crecer espiritualmente, recibir dirección divina y mantener nuestra fe firme en todo momento.
La lectura de este día la encontramos en el Antiguo Testamento en el libro de Éxodo, capítulos 31, 32 y 33, y en el Nuevo Testamento en el libro de Mateo, capítulo 21, versículos del 23 al 46. Antes de iniciar la lectura, dediquemos este momento a Dios con una oración:
Oración Inicial
Gracias, Señor, por este hermoso día, porque eres bueno y me cuidas. Háblame, Padre, a través de Tu Palabra, que es sabiduría y alimento para el alma. En Tu nombre, Señor, Amén y Amén.
Dios nos da talentos para Su gloria
"Y lo he henchido de espíritu de Dios, en sabiduría, y en inteligencia, y en ciencia, y en todo artificio" (Éxodo 31:3). Dios nos da talentos y dones para trabajar, y cuando lo hagamos, debemos dedicarlo a Él.
Permanecer en obediencia
"Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro" (Éxodo 32:33). No debemos apartarnos de Dios ni ser de dura cerviz, sino mantener nuestra mirada en Él, ya que es nuestro todo.
Comunión con Dios
"Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero" (Éxodo 33:11). Así como Moisés hablaba con Dios, debemos hablar con Él diariamente y mantener una relación íntima con nuestro Creador.
"Y él respondió: Si tu rostro no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí" (Éxodo 33:15). Hagamos nuestra esta frase: si Dios no nos acompaña, no debemos movernos.
Frutos del Reino de Dios
"Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que haga los frutos de él" (Mateo 21:43). Es un llamado a dar frutos dignos del reino y vivir según Su voluntad.
Preguntas para Reflexión sobre nuestra lectura
¿Cómo aplicarlo en mi relación con Dios?
La lectura nos recuerda que Dios nos ha dado talentos y dones para Su gloria (Éxodo 31:3), por lo que debemos dedicarlos a Él en todo lo que hagamos. Además, debemos mantenernos en comunión con Dios, hablando con Él diariamente como Moisés lo hacía (Éxodo 33:11). También, la obediencia es clave, ya que apartarnos de Dios y endurecer nuestro corazón puede traer consecuencias espirituales (Éxodo 32:33). Finalmente, es importante depender de la presencia de Dios en cada paso de nuestra vida y no movernos sin Su guía (Éxodo 33:15).
¿Cómo aplicarlo en mi relación con los creyentes?
En la comunidad de fe, debemos alentarnos unos a otros a usar nuestros talentos para servir a Dios y a los demás. También es fundamental fortalecer nuestra comunión con los hermanos en Cristo, ayudándonos mutuamente a mantener nuestra mirada en Dios y evitando la dureza de corazón. Debemos recordar que el reino de Dios se manifiesta en aquellos que producen frutos espirituales (Mateo 21:43), por lo que es nuestra responsabilidad apoyarnos en la fe para que cada creyente dé frutos para la gloria de Dios.
¿Cómo aplicarlo en mi relación con los no creyentes?
Nuestro testimonio debe reflejar el amor y la sabiduría de Dios para que otros puedan conocerlo. Así como Dios desea frutos en Su pueblo, debemos compartir el evangelio y vivir de manera que inspire a otros a acercarse a Él. Además, debemos recordar que Dios da oportunidades a aquellos que están dispuestos a recibir Su palabra, por lo que no debemos desanimarnos si algunos rechazan el mensaje (Mateo 21:43). En lugar de juzgar, debemos orar y actuar con amor, reflejando el carácter de Cristo en nuestra vida diaria.
Conclusión
La Palabra de Dios nos guía en todas las áreas de nuestra vida. Nos enseña a usar nuestros talentos para Su gloria, a mantenernos en comunión con Él y a ser luz en medio del mundo. No debemos endurecer nuestro corazón ni apartarnos de Su camino, sino buscar siempre Su presencia y depender de Él en todo. Recordemos que el reino de Dios es para quienes dan frutos para Su gloria, y es nuestra misión compartir Su amor con los demás.
Oración Final
Señor, gracias por este hermoso día y por Tu Palabra, que es lámpara a mis pies y lumbrera a mi camino. Te alabo porque eres bueno y me cuidas en todo momento. Ayúdame a vivir cada día en comunión contigo, a usar los dones que me has dado para Tu gloria y a dar frutos dignos de Tu reino. No permitas que mi corazón se endurezca ni que me aparte de Tu presencia. Que mi vida sea un reflejo de Tu amor y Tu verdad, y que pueda llevar Tu luz a quienes aún no te conocen. En el nombre de Jesús, Amén y Amén.
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