Devocional – 22 de Marzo
Lectura: Josué 7–8 | Lucas 1:39–56
Hoy continuamos la travesía del pueblo de Israel hacia la tierra prometida. En Josué 7 y 8, encontramos un fuerte contraste: primero, la derrota y la humillación del pueblo ante Hai a causa del pecado oculto de Acán; luego, la restauración, el perdón y una nueva victoria al seguir las instrucciones divinas.
En Lucas 1:39–56, María visita a su parienta Elisabet y entona un cántico de alabanza lleno de humildad y gratitud, reconociendo la grandeza de Dios y Su fidelidad con los sencillos de corazón.
Ambos pasajes nos enseñan que vivir en obediencia, reconocer nuestras fallas, confiar en la misericordia de Dios y adorarlo en todo momento es clave para una vida segura, bendecida y guiada por Él.
Pero antes de sumergirnos en la lectura, acerquémonos a Dios con esta oración:
🙏 ORACIÓN POR LA PROTECCIÓN Y SEGURIDAD
Señor, en este día nos acercamos a Ti reconociendo que eres nuestro refugio y fortaleza.
Te pedimos protección sobre nuestras vidas, nuestras familias y nuestra comunidad.
Guárdanos del mal, del peligro, del pecado oculto y de toda trampa del enemigo.
Pon un cerco de ángeles a nuestro alrededor y danos sabiduría para caminar en tu luz.
Líbranos del temor y llénanos de tu paz.
Enséñanos a confiar en Ti en cada paso, sabiendo que Tú eres nuestro guardián fiel.
En el nombre de Jesús, Amén.
📚 Lectura del Plan Anual – 22 de Marzo
Josué 7 y 8
El pecado de Acán afectó a todo el pueblo: provocó derrota, temor y confusión. Pero cuando fue confrontado y el pecado salió a la luz, el pueblo se arrepintió y Dios restauró su favor. En Josué 8, vemos cómo el Señor les da una nueva estrategia y una contundente victoria, enseñándonos que cuando hay arrepentimiento genuino, Dios nos da una nueva oportunidad.
Esto nos recuerda algo muy importante: todos los días debemos venir ante Dios en oración y confesar nuestros pecados. No podemos avanzar con libertad ni obtener victoria si hay pecado oculto en nuestro corazón.
Jesús lo dijo claramente en las bienaventuranzas:
"Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios."
(Mateo 5:8)
Tener un corazón limpio es clave para ver a Dios actuar en nuestras vidas, escuchar Su voz, y vivir en comunión con Él. Por eso, como pueblo de Dios, necesitamos cultivar una vida de humildad, confesión constante y obediencia.
Lucas 1
En Lucas 1, el cántico de María es una expresión de adoración profunda. Ella reconoce que Dios exalta a los humildes, derriba a los soberbios y llena de bien a quienes le temen. Así como María, también nosotros debemos tener un corazón sensible y dispuesto a rendirse ante la grandeza de Dios.
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR
1. ¿Estoy escondiendo algo que necesito entregar a Dios para vivir en libertad y protección?
Como Acán, a veces guardamos actitudes, pensamientos o pecados que dañan más de lo que imaginamos. Hoy es un buen día para rendir todo ante Dios con sinceridad.
2. ¿Estoy tomando tiempo para alabar y exaltar a Dios como lo hizo María, aun cuando no comprenda todo lo que Él está haciendo?
La adoración de María fue una respuesta a la presencia de Dios en medio de lo desconocido. ¿Estoy dispuesto(a) a hacer lo mismo?
🙏 ORACIÓN FINAL
Padre amado, gracias por tu Palabra que nos corrige, guía y llena de esperanza.
Hoy aprendimos que nada se puede esconder de Ti, y que cuando rendimos nuestro corazón con humildad, Tú eres fiel para restaurarnos.
Como María, queremos alabarte y reconocer que haces maravillas con aquellos que se entregan por completo.
Danos un corazón obediente, limpio y agradecido.
Protégennos en cada paso y enséñanos a vivir bajo tu cobertura.
Gracias por tu misericordia, que alcanza generación tras generación.
En el nombre poderoso de Jesús, Amén.
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