Gratitud en Toda Circunstancia y Fidelidad en Toda Promesa, Lectura 28 Marzo

 


Reflexión espiritual basada en Josué 21–22 y Lucas 4:31–44


🌿 Preambulo:

Antes de abrir la Palabra de Dios, detengámonos un momento para rendir nuestro corazón en gratitud. Hoy no venimos sólo a leer, sino a encontrarnos con el Dios que cumple lo que promete, que une a Su pueblo, y que en Jesús nos muestra Su autoridad y compasión. Iniciemos esta jornada espiritual con una oración que nos disponga a recibir y meditar la Palabra con un espíritu humilde, agradecido y obediente.


🙏 Oración Inicial: Por la Gratitud en Todas las Circunstancias

Señor amado, hoy me acerco a Ti con un corazón agradecido.
Gracias por cada día de vida, por cada aliento, por cada paso que puedo dar bajo Tu cuidado.
En la alegría reconozco Tu fidelidad, y en la dificultad confío en Tu propósito eterno.
Aunque a veces no entienda el camino, decido agradecer,
porque sé que en todas las cosas Tú estás obrando para mi bien.

Dame ojos para ver Tu mano en lo cotidiano,
y un espíritu dispuesto a alabarte aun en medio de la tormenta.
Que mi gratitud no dependa de lo que tengo o no tengo,
sino de la certeza de que nunca me abandonas.

Gracias por las bendiciones visibles,
y también por aquellas que aún no comprendo.
En todo, enséñame a decir desde el alma: "Gracias, Señor",
porque sé que estás conmigo.

En el nombre de Tu Hijo amado, Jesucristo. Amén.


📖 Lectura del Plan Anual – Día 28 de Marzo

Josué 21–22 | Lucas 4:31–44

En Josué 21 y 22, somos testigos del cumplimiento fiel de las promesas de Dios. Israel recibe su herencia, incluyendo las ciudades asignadas a los levitas, y se declara con solemnidad que:

“Ni una sola de todas las buenas promesas que el Señor había hecho a la casa de Israel dejó de cumplirse; todas se cumplieron” (Josué 21:45).

A pesar de los enemigos, las dificultades y el largo viaje por el desierto, Dios venció todos los obstáculos y entregó la tierra prometida. El capítulo 22 también nos recuerda la importancia de la unidad espiritual, la obediencia a Dios, y de mantener nuestros compromisos con Él como fundamento de nuestras relaciones.

En Lucas 4:31–44, vemos el poder de Jesús en acción: enseñando con autoridad, liberando a los oprimidos por espíritus inmundos, y sanando a los enfermos. Él declara con claridad cuál es su propósito:

“Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado” (Lucas 4:43).

Jesús no vino a complacer multitudes, sino a cumplir la voluntad del Padre: llevar el Reino de Dios a todo lugar, con autoridad, compasión y verdad.


Reflexión Espiritual:

Estas lecturas nos revelan un mensaje claro:
Dios es fiel a sus promesas.
Dios desea unidad y obediencia entre Su pueblo.
Y en Cristo, Su poder y autoridad traen libertad, sanidad y esperanza.
Meditemos desde el corazón con estas preguntas:


💭 Preguntas para Reflexionar y Meditar:

1. ¿Confío plenamente en que Dios cumplirá Sus promesas, incluso cuando no veo resultados inmediatos?

“Ni una sola de todas las buenas promesas que el Señor había hecho... dejó de cumplirse” (Josué 21:45).

🔹 ¿Hay promesas que el Señor me ha hecho a través de Su Palabra que aún estoy esperando ver cumplidas?
🔹 ¿Estoy caminando con fe y obediencia, como lo hizo Israel, aun sin ver todavía el cumplimiento?


2. ¿Estoy permitiendo que Jesús ejerza Su autoridad en todas las áreas de mi vida, o solo en las que yo le doy permiso?

“¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen?” (Lucas 4:36).

🔹 ¿Dejo que el Señor gobierne mis pensamientos, emociones y decisiones?
🔹 ¿Lo busco solo en la necesidad o le entrego toda mi vida, reconociendo Su autoridad divina?


🙌 Oración Final:

Amado Padre Celestial,
perdóname si en algún momento he resistido Tu Palabra o me he dejado guiar por la confusión del mundo.
Límpiame de toda maldad y renueva mi mente con Tu bondad infinita.
Guía mis decisiones según Tu perfecta voluntad.
Ayúdame a controlar mis emociones y a vivir de una manera que te glorifique.
Hazme valiente para anunciar Tu Evangelio a quienes aún no te conocen,
y que mi vida entera sea una ofrenda que te agrade.

En el nombre poderoso de Cristo Jesús,
Amén.

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