Hoy me acerco a la Palabra con un corazón dispuesto no solo a aprender, sino a ser moldeado. En
estos pasajes, Dios me recuerda que el éxito no siempre es construir, que la victoria viene de Él y
que incluso cuando soy malinterpretado, Él sigue teniendo el control. Y sobre todo, que tengo un
Pastor que me llama por nombre, me guía con amor y da Su vida por mí.
Oración antes de la lectura:
Señor amado,
Hoy vengo ante Ti con gratitud, con humildad y con expectativa.
Gracias por cada enseñanza que está por revelarse en Tu Palabra.
Silencia el ruido de afuera y afina mis oídos espirituales para que escuche solo Tu voz.
Guía mis pensamientos para entender, y mi corazón para obedecer.
Habla, Buen Pastor. Estoy listo para seguirte.
En Cristo Jesús Amén.
Lectura del día 29 de mayo: 1 Crónicas 17-19 y Juan 10:1-21
Crónicas 17 - Dios honra los sueños sinceros, aunque diga "espera"
David quiso edificar el templo, pero Dios le mostró que su papel era preparar, no construir. Sin
embargo, le dio una promesa eterna. Dios valora más un corazón dispuesto que una obra
terminada.
1 Crónicas 18 - Toda victoria es fruto del respaldo de Dios
David fue victorioso porque Dios estaba con él. Y en lugar de exaltarse, gobernó con justicia.
Cuando ponemos a Dios primero, Él nos exalta con propósito y nos da autoridad para servir.
1 Crónicas 19 - Aun con buenas intenciones, podemos ser rechazados... pero Dios pelea nuestras
batallas
David actuó con bondad, pero fue malinterpretado. Dios nos enseña que no todos entenderán
nuestro corazón, pero Él es quien nos justifica.
Juan 10:1-21 - Jesús, el Buen Pastor que da vida, guía y protección
Él no solo nos salva, nos conoce por nombre y nos habla personalmente. Sus ovejas lo escuchan y
lo siguen porque en Él hay seguridad, dirección y abundancia.
Oración final:
Buen Pastor,
Gracias por mostrarme que no siempre necesito hacer más, sino confiar más.
Enséñame a vivir con la certeza de que la victoria viene de Ti.
Cuando otros no entiendan mi corazón, ayúdame a mantenerme firme.
Y sobre todo, gracias por llamarme por nombre, por guiarme con ternura y por dar Tu vida por mí.
Hoy decido seguirte con confianza, con gratitud y con fe renovada.
E tu nombre oramos Amén.
Comentarios
Publicar un comentario