📖 Devocional 8 de junio – Cuando escucho la Palabra, me transforma

 



Hoy, mientras me preparo para leer la Biblia, no puedo evitar pensar en cuántas veces se ha utilizado la Palabra de Dios como espada para herir, en lugar de como lámpara para guiar.
Y no me refiero solo a tiempos antiguos, ni a naciones lejanas o dictaduras religiosas. Me refiero a nosotros. A nuestras casas. A nuestras palabras. A nuestras decisiones diarias.

Hay momentos en que tomamos un versículo fuera de contexto para justificar un enojo.
O usamos lo “espiritual” para marcar distancia con alguien que no piensa igual.
O incluso, nos escondemos tras frases piadosas cuando no queremos hacernos responsables de lo que sentimos.

Recordé una serie que, aunque no me encanta, me ha hecho pensar. Habla de un régimen que controla todo en nombre de Dios. Y, aunque suena extremo, no es del todo ficticio.
Porque cuando no escuchamos la Palabra con humildad —cuando la leemos sin amor, sin gracia y sin la guía del Espíritu Santo— corremos el riesgo de proyectar en ella nuestros propios temores, prejuicios o deseos de control.
Así, lo que fue escrito para dar vida y libertad, puede terminar siendo convertido —por corazones cerrados— en una carga que ata, o en una excusa para señalar y condenar.

Por eso, cada vez que abrimos la Biblia, necesitamos pedir discernimiento. No para sacar nuestras propias conclusiones, sino para recibir lo que Dios quiere decir… a Su manera y en Su tiempo.

Hoy quiero preguntarme con honestidad:
¿Con qué actitud me acerco a la Palabra de Dios?
¿La escucho para justificar mis miedos?
¿Para imponer mi opinión?
¿O para amar, restaurar y seguir a Cristo con humildad?

Que al leer hoy la Escritura, no busque solo respuestas para otros…
sino confrontación, dirección y consuelo para mí misma.


🙏 Oración antes de la lectura

Eterno Padre,
no permitas que cierre mi corazón cuando abro Tu Palabra.
No quiero buscar en ella justificaciones,
sino dirección, corrección y consuelo.

Dame oídos espirituales para escucharte,
y un corazón dócil para obedecerte.
Que no lea desde mis miedos o prejuicios,
sino desde la guía de Tu Espíritu Santo.

Háblame con verdad, con gracia y con amor.
Y que cada versículo leído hoy,
me transforme un poco más
y me acerque al carácter de Jesús.

En el nombre de Tu Hijo amado,
Amén.


📚 Lectura del día:


📖 2 Crónicas 16 – Cuando olvidamos en quién confiábamos

“Porque los ojos del Señor recorren toda la tierra para fortalecer a los que tienen el corazón completamente suyo.” – 2 Crónicas 16:9a

  • Asa comenzó bien, confiando en Dios, pero terminó apoyándose en alianzas humanas.

  • El profeta Hanani lo confronta, y Asa, en vez de arrepentirse, se enoja.

  • Incluso en su enfermedad, no buscó a Dios.

🟡 Lección:
La confianza en el Señor debe mantenerse constante. La autosuficiencia espiritual nos endurece. La corrección es una oportunidad para regresar a Dios.


📖 2 Crónicas 17 – Josafat: un comienzo con fidelidad

“Y se animó su corazón en los caminos del Señor.” – 2 Crónicas 17:6

  • Josafat rechazó la idolatría y enseñó la Ley de Dios al pueblo.

  • Como resultado, su reino se fortaleció y fue rodeado de paz.

  • La enseñanza de la Palabra y la obediencia abren puertas de bendición.

🟢 Lección:
No basta hacer el bien; también hay que apartarse del mal. Enseñar la verdad transforma, y la fidelidad atrae el favor de Dios.


📖 Juan 15 – Permanecer en la vid verdadera

“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador… Permaneced en mí, y yo en vosotros.” – Juan 15:1,4

  • Jesús es la fuente de vida. Sin Él, nada podemos hacer.

  • La poda de Dios puede doler, pero siempre busca nuestro crecimiento.

  • El fruto no es un objetivo, es el resultado de permanecer.

  • El amor es el distintivo del discípulo.

❤️ Lección:
Nuestra vida tiene sentido solo en comunión con Cristo. Él nos llama amigos, no siervos. Permanecer en Su amor transforma cada área de nuestra vida.


🙏 Oración final

Amado Padre,
gracias por tu Palabra viva y poderosa,
no para condenarme, sino para restaurarme.

Perdóname si alguna vez la utilicé para defender mi orgullo,
o justificar actitudes que no venían de Ti.

Hoy quiero que tu Palabra me transforme antes que me instruya,
me quebrante antes que me afirme,
y me alinee contigo antes que me dé la razón.

Enséñame a vivir como rama unida a la vid,
a aceptar tu poda como amor que purifica,
y a dar fruto que te glorifique,
no por apariencia, sino por permanencia en Ti.

Haz que mi vida refleje el carácter de Cristo,
y que al leer la Escritura, no busque argumentos…
sino comunión contigo.

En el nombre de Jesús,
Amén.

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