“Él llama por tu nombre… y te despierta para reconstruir”

 

✨ Devocional – 16 de Junio




📖 Lectura del día:


🕊️ Cuando la oración va donde yo no puedo ir

Hay momentos en los que nuestras manos no alcanzan… pero la oración sí.

Cuando un hijo viaja, el corazón de una madre se llena de pensamientos, de cuidados, de súplicas silenciosas.
Y aunque no podemos estar en cada curva del camino ni anticipar lo que ocurrirá, sí podemos hacer lo más poderoso: ponerlos en las manos de Dios.

Hoy, antes de abrir la Palabra, elevo una oración confiada.
Porque sé que el Señor no solo escucha… también acompaña.
Y no hay mejor lugar para un hijo que bajo la cobertura del Altísimo.


🛣️ Oración por un viaje en carretera

Padre Santo, eterno y bendito:
Gracias porque siempre podemos acudir a Ti en todo momento, con la certeza de que Tú escuchas nuestras oraciones y nos rodeas con Tu amor. Hoy me acerco a Ti para pedirte que guardes el camino de mi hija, que va a conducir por carretera.

Te ruego, Señor, que seas Tú quien guíe sus manos al volante. Que envíes a Tus ángeles alrededor de ella para protegerla de todo peligro, de todo accidente, de todo contratiempo. Que su vehículo funcione perfectamente y no sufra ninguna avería. Que no caiga en baches ni se cruce con obstáculos que puedan dañar su camino.

Hazla invisible, Señor, ante los ojos de los malvados. Que ningún grupo delictivo ni autoridad injusta se cruce en su ruta. Que nada ni nadie pueda perturbar la paz que viene de Ti.

Tú eres su amparo y su escudo. Por eso la pongo en tus santas y poderosas manos, creyendo que llegará con bien, con tranquilidad, y con gozo a su destino. Que pueda sentir Tu presencia en cada kilómetro, en cada curva, en cada respiro.

Todo esto te lo pido, en el nombre poderoso de Jesucristo, mi Señor y Salvador.
Amén.


Esdras 1 – Dios cumple sus promesas y mueve corazones

El libro comienza con una escena de esperanza: Dios cumple la promesa dada por medio del profeta Jeremías, y mueve el corazón del rey Ciro para permitir el regreso del pueblo a Jerusalén.

Pero no solo Ciro fue tocado… también los corazones del pueblo fueron despertados para participar en la reconstrucción. Así comienza un tiempo de restauración.

🪔 Reflexión:

Dios no olvida sus promesas, aunque tarden.
Él puede usar incluso a quienes no le conocen para cumplir sus planes.
Todo comienza cuando el Espíritu despierta algo en nuestro interior.

💬 Aplicación:

  • ¿Hay algo que Dios te ha prometido y sientes que ya no llegará?

  • ¿Estás escuchando su llamado a reconstruir lo que el tiempo o el pecado destruyó?

  • ¿Responderás cuando Él despierte tu espíritu?


Esdras 2 – Dios conoce a cada uno por nombre

En medio de una lista extensa de nombres y números, hay una verdad poderosa: Dios conoce a cada uno.
Cada persona contada en este capítulo tomó una decisión valiente de volver a casa y obedecer a Dios.

🪔 Reflexión:

Dios no ve multitudes anónimas; Él ve corazones obedientes.
Los que regresaron no eran héroes, sino siervos, músicos, familias, gente común que decidió responder al llamado.

💬 Aplicación:

  • ¿Te sientes invisible o innecesario en la obra de Dios?

  • ¿Has minimizado tu rol por compararte con otros?

  • ¿Estás dispuesto a formar parte de lo que Dios quiere restaurar?


Juan 20:1–18 – Él llama por tu nombre… aún entre lágrimas

María Magdalena va de madrugada al sepulcro, buscando un cuerpo… y se encuentra con una tumba vacía.
Llora, confundida, sin saber que el Resucitado está a su lado. Solo lo reconoce cuando Él la llama por su nombre:

“¡María!”
Ella le dijo: “¡Raboni!” (v.16)

Ese encuentro transforma el duelo en adoración.

🪔 Reflexión:

  • Jesús no se reveló con ruido ni espectáculo, sino con ternura y una palabra: su nombre.

  • María no necesitó pruebas, solo necesitó oír Su voz viva.

  • El primer testigo de la resurrección fue una mujer con un corazón rendido.

💬 Aplicación:

  • ¿Estás buscando a Jesús solo con la lógica… o con el corazón?

  • ¿Has dejado que el dolor te nuble la fe?

  • ¿Reconoces Su voz cuando te llama por tu nombre?


🙏 Oración final

Señor Jesús,
Gracias por buscarme aún en mi tristeza, por llamarme cuando no te veo, y por permanecer a mi lado aunque no te reconozca de inmediato.
Gracias porque no necesitas grandes escenarios para revelarte… solo un corazón dispuesto.
Como María, quiero oírte decir mi nombre.
Quiero correr a ti con gozo, anunciar que vives, y no quedarme llorando frente a una tumba vacía.
Despiértame, llámame, y hazme parte de lo que tú estás reconstruyendo.
Hoy, mañana, y siempre.
En tu Bendito nombre Amén.

Comentarios