📖 Devocional – 29 de Julio
🌅 Preámbulo
Dios no nos bendice para que acumulemos, sino para que compartamos. Somos llamados a ser canales de bendición, no presas que detienen lo que reciben. Cada don, cada palabra, cada oportunidad y cada provisión que viene de Dios lleva un propósito más grande que nosotros mismos: alcanzar, consolar y edificar a otros.
Hoy es un buen día para preguntarnos: ¿Estoy permitiendo que lo que Dios me da fluya hacia los demás? ¿O lo retengo, por temor o egoísmo? Que el amor y la gracia que recibimos no se queden estancados, sino que corran libres y generosos hacia quienes nos rodean.
🙏 Oración antes de la lectura
Señor amado,
Gracias por todo lo que has derramado sobre mi vida: amor, provisión, tiempo, dones, palabra.
Hoy quiero acercarme a Ti con un corazón agradecido y dispuesto.
Enséñame a no retener lo que me das, sino a ser un canal por donde fluya tu bendición hacia otros.
Hazme sensible a las necesidades de los que me rodean, y generoso para compartir lo que Tú me has confiado.
Abro mi corazón a Tu Palabra, y te pido que me hables con claridad.
Corrige, consuela, anima y transforma… según lo que Tú sabes que necesito.
En el nombre de Jesús,
Amén.
📖 Salmo 39
“Hazme saber, Señor, mi fin, y cuánta sea la medida de mis días; sepa yo cuán frágil soy.” — Salmo 39:4
Este Salmo es un clamor de quien reconoce la fragilidad de la vida. David guarda silencio ante el dolor, pero su corazón arde. Cuando finalmente habla con Dios, no pide éxito ni riquezas, sino sabiduría para entender lo efímero de su existencia.
Nos recuerda que todo lo que enorgullece al hombre —posesiones, logros, belleza— es pasajero. David reconoce sus errores y clama por misericordia. No se resiste a la corrección de Dios, sino que se rinde con humildad.
Este Salmo nos enseña a vivir con reverencia y propósito, entendiendo que cada día es un regalo y que solo en Dios está nuestra verdadera esperanza.
📖 Salmo 40
“Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.” — Salmo 40:1
David testifica que esperó en el Señor, y Dios lo escuchó, lo rescató y le dio dirección. No solo fue sacado del pozo, sino que recibió un cántico nuevo para compartir.
Este cántico no es solo personal: su testimonio inspira a otros a confiar en Dios. También expresa su deseo de obedecer con sinceridad, más allá de ritos o apariencias.
A pesar de las dificultades presentes, David declara con convicción: “Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí.”
Este Salmo es un recordatorio de que Dios escucha, rescata y guía a los que esperan en Él, y que nuestro testimonio puede ser luz para otros.
📖 Hechos 25
“Yo no he hecho ningún mal ni contra la ley de los judíos, ni contra el templo, ni contra César.” — Hechos 25:8
Pablo enfrenta una nueva acusación injusta. Los líderes religiosos conspiran contra él, pero él permanece firme y apela a César, sabiendo que no tendrá un juicio justo en Jerusalén. Su decisión no nace del miedo, sino del discernimiento y la fe.
Pablo mantiene su testimonio íntegro. A pesar de estar en prisión, no deja de confiar en el plan de Dios. Esta “prisión” se transforma en una plataforma para testificar del Evangelio ante autoridades romanas.
Este pasaje nos anima a mantenernos firmes en medio de la injusticia, confiando en que aún los procesos más difíciles pueden ser usados por Dios para llevar su luz donde más se necesita.
🙏 Oración Final
Padre eterno y fiel,
Gracias por hablar a mi corazón en este día.
Gracias por recordarme que mi vida es breve, pero significativa si la vivo en tu voluntad.
Enséñame a valorar cada momento y a vivir con propósito, sin perder el tiempo en vanidades pasajeras.
Hazme un canal de Tu bendición, no una presa que retiene lo que recibe.
Que todo lo que me das —tiempo, palabras, recursos, amor— fluya hacia otros para edificación, consuelo y esperanza.
Que mi vida sea un reflejo de Tu bondad y un testimonio de Tu fidelidad.
Dame valentía para mantenerme firme en medio de la prueba,
y la humildad para reconocer mis fallas y buscar Tu misericordia.
Aunque sea afligido y necesitado, confío en que Tú piensas en mí y no me dejas solo.
Hoy, me entrego nuevamente a Ti,
con un corazón agradecido, dispuesto y obediente.
En el nombre precioso de Jesús,
Amén.
Comentarios
Publicar un comentario